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martes, 23 de abril de 2013

INTERINOS DOCENTES DE MURCIA HACEN UN "ESCRACHE" EN EL DOMICILIO DEL CONSEJERO DE EDUCACIÓN Y EMPLEO CONSTANTINO SOTOCA DEL PP


Después de la concentración convocada por todos los sindicatos docentes y por AIDMUR que ha tenido lugar en la Consejería de Educación y que buscaba demostrar su repulsa al nuevo acuerdo de interinos que la Consejería quiere imponer y dar su apoyo a los compañeros que están haciendo la huelga de hambre en los jardines de dicha consejería, todas las personas que integraban dicha concentración se han desplazado al domicilio de Constantino Sotoca, Consejero de Educación y Empleo, para hacerle ver de una manera más cercana que ese no es el camino, el tirar a miles de familias al paro no es la manera de que la educación pública tenga calidad, ni la manera de sacar a esta región adelante.

¿LA CONQUISTA DEL PROGRESO DEMOCRÁTICO PASA POR TOMAR EL CONGRESO? I

I. INTRODUCCIÓN

El próximo 25 del presente mes los españoles estamos llamados a manifestarnos en Madrid alrededor del palacio de las Cortes. Jornada de protesta, que desde que fue anunciada se conoce como el 25A. Nueva cita con la historia, gracias a la cual la ciudadanía indignada dispondremos de una nueva ocasión para Asediar y liberar definitivamente del Congreso de los Diputados.


Órgano constitucional, cuya Comisión de Economía acaba de dar el visto bueno y remitir al Senado para su aprobación definitiva el proyecto de Ley de Protección de los Deudores Hipotecarios, con el que el gobierno pretende reestructurar las deudas hipotecarias y el alquiler social. 

Situación, que supone una flagrante traición a la voluntad popular manifestada por medio de 1.500.000 de firmas, que avalan la Proposición de ley presentada el 30 de marzo de 2011 a favor de la regulación de la dación en pago, de la paralización de los desahucios y del alquiler social.

Una vez más poder ejecutivo y el legislativo se oponen a cumplir con el mandato de la soberanía popular expresado a través de un cauce amparado constitucionalmente, la democracia participativa, que una vez más es insultada, denigrada y aplastada por su hermana gemela, la democracia representativa, que habiendo nacido al mismo tiempo, considera que es mayor porque puede ejercer su derecho a ser elegida y a votar cada cuatro años. Periodo cuatrienal, durante el que la primera es a pesar de tener la misma madurez que la segunda es sometida, castigada y reprimida por su propio bienestar en el presente y prosperidad en el futuro por la democracia representativa con el apoyo, bendición y amparo de un Estado, que peca de paternalista y autoritarista, y que protege y se identifica plenamente con esta hija, mientras trata a las otras dos, la participativa y a la directa como a bastardas. 

De las cuales, la última, siendo fruto de un primer matrimonio con una mujer de origen grecorromano, la Antigüedad Clásica, ha sido desterrada a un lugar tan lejano como aquel, en el que nació, Atenas, actual capital de Grecia. País, cuyas elites dirigentes padecen el síndrome de la democratofobia, o lo que es lo mismo un rechazo visceral a ese sistema de gobierno, del que reniegan en su modalidad más pura, es decir, directa, a pesar de haber sido sus antepasados los creadores; pero que aceptan en la representativa, como la vía a través de la cual acceden al poder ejecutivo y a la facultad legislativa. Potestades, que le permiten imponer las políticas dictadas por el nacionalcapitalismo alemán, que somete y anula las soberanías nacionales, convirtiéndolas en democracias tuteladas, o lo que es lo mismo en colonias sujetas al dominio y explotación del imperialismo económico germánico. 

Ante esta repulsa sentida secularmente por esta forma de gobierno en su vertiente más pura, que pervive incluso en los Estados occidentales, que presumen del mayor grado de fortaleza e integridad democrática, no le ha quedado más remedio que repudiada y perseguida, incluso en su propia país de origen, o en el mejor de los casos, ignorada, permanecer oculta desde su última aparición en el periodo clásico durante la República romana hasta la era moderna. Época de renacimiento de la democracia directa, en la que se produce un proceso de búsqueda y aproximación a este modo asambleario de toma de decisiones, a nivel federal y local, iniciado en las ciudades de Suiza a partir de 1847. 

Durante todo este extenso espacio de tiempo, desde la muerte de Julio César en el año 44 a. C. hasta mediados del siglo XIX, cubierto por la más absoluta oscuridad, impuesta por el autoritarismo del Antiguo Régimen, surgen algunos movimientos progresistas, rescatadores del ideal democrático surgido en Atenas alrededor del año 500 a. C. Adelantados a su tiempo, que han encendido algunas luminarias, que pueden servirnos de guía en la actualidad a la hora de descubrir el camino a seguir hacia la instauración de una autentica democracia. 

Numerosas iniciativas, que favorecían la participación directa de la ciudadanía, de las cuales resulta imprescindible destacar, como las más relevantes por su trascendencia histórica, a pesar de su breve duración: la creación del Althing (Alþingi) o "Asamblea de Hombres Libres" en la Mancomunidad Islandesa del siglo X; los Usatges de Cataluña en el siglo XI, que cristalizaron en el primer código jurídico-constitucional de la historia, bajo el reinado de Ramón Berenguer IV; y, por último, los "parlamentos" creados durante el reinado de Eduardo I en la Inglaterra del siglo XIII, donde principia a gestarse el concepto de separación de poderes.



¿LA CONQUISTA DEL PROGRESO DEMOCRÁTICO PASA POR TOMAR EL CONGRESO? II

II. LA CUESTIÓN CATALANA

Antecedentes alejados en el tiempo, que no en el espacio, puesto que el más cercano lo encontramos en una comunidad autónoma española, hermana y primogénita, en cuanto al sufrimiento, que entró antes que ninguna en la edad del oscurantismo y la persecución de las Reformas, que atentan contra los derechos fundamentales, inherentes a la dignidad humana, reconocidos constitucionalmente. Y cuya valiosa y pretérita experiencia histórica, antes citada, debe servirnos como referente a la hora de iniciar un proceso de construcción de un estado realmente democrático. Región catalana, que fue la que comenzó, seguida de las demás este calvario penitencial hacia la conversión en una economía competitiva, que nos salve de la condenación crónica, que va camino de ser eterna. Cadena perpetua, con la que pagamos los pecados y excesos de banqueros y políticos. Comunidad Autónoma cuya patética e imperdonable clase dirigente se ha convertido en la antítesis de lo que debe ser un cargo político, es decir, en el ejemplo más triste, inmoral y denunciable de un servidor público que padeciendo el síndrome de la torre de marfil, toma decisiones, que además de ser completamente opuestas a los interés y prioridades sociales, atentan contra las necesidades básicas de la ciudadanía, Población, que divisada desde su altura de miras se convierte en un ejército de insectos numeradas, que solamente despiertan para el gobierno y la oposición un único interés, saber, a efectos estadísticos, cuantas hormigas obreras, pensionistas, desahuciadas y desempleadas hay que sacrificar aplastadas para que ese niño caprichoso y permanentemente insatisfecho, ese maldito hijo de la Merkel, bautizado como déficit, nos sonría malicioso e insaciable.

Políticos catalanes, que para que les cuadren las cuentas, o al menos poder invisibilizarlas, se transforman en fumigadores, que lanzan cortinas de humo político, altamente toxico, que perfumado de soberanía nacionalista es inhalada, reconocida y asumida como propia por la mayoría de pueblo catalán. Ciudadanía, que se identifica plenamente con dicho aroma, porque forma parte de su legado nacionalista como aglutinador de las distintas esencias regionalistas tan gratas a las aspiraciones de la globalidad de la población originaria o plenamente integrada en Cataluña. 

Pero lo que realmente pretenden desde el aparato político catalán es levantar una columna de humo, compuesta por una serie de gases nocivos que, penetrados en los ojos de los catalanes, les ciegue hasta el punto, que les impida ver durante el tiempo necesario para empujarlos al borde del precipicio, arrojarlos al vació y culpabilizar del criminal fratricidio a la insolidaridad del resto del Estado Español. Peligroso e incendiario argumento de la envidia y rivalidad cainita, que no se sostiene y además se derrumba, por sí solo, cuando el resto del país se encuentra en idéntica, dramática y alarmante situación, o lo que es lo mismo al borde del abismo económico por culpa de seguir una senda económica trazada por la ingeniería financiera capitalista, que ha conducido a la sociedad catalana, al igual que al resto de la española al agujero sin fondo de la miseria social. Pozo ciego, en el que hoy no penetra el más delgado hilo de luz, que irradia la esperanza de arañar la tan ansiada prosperidad en un mañana cada vez más distante. 

Penuria económica extrema que, si la sumamos al fomento de la competencia entre comunidades autónomas, motivado por el duelo desleal por el reparto presupuestario, favorece la aparición del odio interregional y degenera en el enfrentamiento fraternal. Violencia verbal provocada por la pugna por la supervivencia, o lo que es lo mismo, por el pulso vital por las migajas y los despojos, que el régimen neofascista nos lanza para que los ciudadanos nos disputemos entre miembros de la misma familia o entre nacionalismos, como perros rabiosos y famélicos, los restos sobrantes del festín financiero, disfrutado por políticos y banqueros. Banquete pagado con la explotación social, que está causando el exterminio genocida sistemático de un grupo social, es decir de toda la clase media y la pérdida de toda una generación, condenada a la emigración o a la exclusión. 

Dramática realidad, que se persigue esconder detrás de un tupido velo de humo, resultado de un concienzudo y laborioso trabajo en equipo, es decir, tejido por la complicidad soberanista entre el separatismo de la coalición gobernante, formada por CiU y ERC, y el confederalismo del PSC. Espesa niebla separatista levantada para tapar la tragedia vivida por un pueblo y su verdadera causa la negligente, incompetente y fraudulenta gestión política, que acabara volviéndose en contra de sus creadores, devorándolos y convirtiéndose en un autentico muro divisor insalvable, que transforme a Cataluña en una territorio independiente y arruinado, una vez secesionado del resto de España y aislado por la U. E. 

Supuesto este último, el de la expulsión de la Unión, que teniendo en cuenta en lo que se ha transformado dicha organización supranacional europea no supondría ninguna maldición sino más bien una bendición que les salvaría de la condenación padecida en la actualidad por los estados miembros. Países, que una vez libres del yugo esclavizador y explotador de los mercados, regidos por el régimen mercantilista, impuesto por las autoridades europeas, podrán recuperar el derecho a decidir sobre su presente y su futuro, implementando políticas económicas que redunden en el bienestar de la sociedad. 

Pero para que la inteligencia ciudadana, en este caso la catalana pueda gozar plenamente de la libertad de escoger y priorizar las soluciones que considere más óptimas para resolver los problemas, que le afectan debe tener la voluntad firme de rebelarse y sustituir a una tripulación de altos vuelos, que se aferran a los mandos de la nave del poder, desde la que pilotan la política autonómica, como auténticos suicidas. Camicaces, dispuestos a perseguir y a estrellarse contra su objetivo sin importarles los daños materiales, personales y morales ocasionados, valorados como inevitables y colaterales, con tal de alcanzar un ideal soberanista, con el que cualquier demócrata en su sano juicio se identificaría siempre y cuando no atente o se anteponga al desarrollo socioeconómico global o al concepto de soberanía popular, del cual deriva. 

Pero para poder dejar atrás el estancamiento actual del crecimiento y empezar a escalar posiciones hasta acariciar las más altas cotas del Everest del progreso resulta imprescindible desprenderse y lanzar hasta el punto más profundo del planeta, o lo que se lo mismo, a lo más hondo de la fosa abisal de las Marianas a toda una especie de criaturas políticas demagógicas y especuladoras, que corrompen con su veneno la impura esencia de la democracia representativa. 

Sagrada, inviolable e imparable cruzada popular, que para que culmine victoriosa requiere de una estrecha y verdadera unidad nacional, capaz de olvidarse temporalmente de las diferencias entre diferentes nacionalidades, sobre el modelo de Estado. Cuestión históricamente pendiente de resolución, que debería solventarse, escuchando a todas las voces regionales, en el seno de una Asamblea Nacional, en la que se tomarían decisiones definitivas aprobadas por mayoría y, en un futuro no muy lejano, cuando se logre el objetivo inicial de rescatar a una doncella de resplandeciente e inmaculada pureza, conocida como democracia directa. Cautiva dama, de admirada belleza, también conocida como la incomparable soberanía, que residiendo en el pueblo ha sido raptada y es mantenida como rehén por el sistema capitalista para someter, en su nombre, las ansias de libertad de la población completa de un territorio nacional. Pueblo que para salvaguardar la integridad de tan reputada, respetada y honrada doncella, es decir para que se conserve intacta y no se atente contra ella, es obligado por los hijos políticos de un régimen dictatorial a soportar humillaciones de todo tipo, tales como económicas, legales, judiciales y policiales.

¿LA CONQUISTA DEL PROGRESO DEMOCRÁTICO PASA POR TOMAR EL CONGRESO? III

III. LA VERGÜENZA BRITANICA 

Pero el sufrimiento y las vejaciones padecidas cada día tienen menos sentido y son más inútiles e inservibles puesto que sus captores no cesan de practicarle recortes. Hachazos disfrazados de reformas, o sea, de medidas presupuestarias y privatizaciones, que demuestran el incesante empeño de sus secuestradores por mutilar los cuatro miembros vitales: educación, sanidad, prestaciones sociales y dependencia que sostienen en pie a una virtuosa, honesta y laboriosa doncella. Auténtica soberanía popular, cuya supervivencia peligra, debido a que su salud se deteriora progresivamente por las sucesivas amputaciones y violaciones sufridas, con su derecho a manifestarse atado y su libertad de expresión amordazada. Equilibrio democrático, que está siendo maltratado y denigrado, hasta tal extremo, que el día que lo recuperemos, si no lo rescatamos y sanamos por la vía de urgencia, va tener sus facultades tan reducidas y la posibilidad de ejercer sus derechos tan mermada, que seamos incapaces de reconocerlo. Soberanía popular, que lo que reste de ella, sus despojos, sólo valdrá para enterrarlo, pero lo más probable es que ya no nos queden, al pueblo, recursos económicos suficientes para poder pagarle una digna sepultura, y mucho menos para costarle un digno y merecido funeral de Estado. 

Honores y privilegios, además de significativas muestras de afecto y respeto, exclusivamente reservados a la élite de la política y de los que disfrutan los verdugos, mientras que están prohibidos para el pueblo llano y que encima son costeados por las víctimas, como es el caso de la suntuosa y solemne ceremonia funeraria pública con honores militares, cuyo cortejo fúnebre recientemente recorrió el centro del poder político, situado en la capital londinense. Eufemismo formado por seis palabras, el doble del que necesitarían las autoridades británicas si tuvieran el valor y la decencia de reconocer su verdadera intención, es decir, su propósito de celebrar un acto oficial en memoria de Margaret Thatcher, que sólo se diferencia del funeral de Estado en el nombre. Exequias que, con una duración aproximada de de 2 horas y 20 minutos, han sido valoradas por la prensa del Reino Unido en 10 millones de libras, que son el equivalente a 15,3 millones de dólares o 11,7 de euros. Estimación, que no ha sido corregida oficialmente por el gobierno a pesar de la enorme polémica que ha levantado la elevada factura que el pueblo británico tendrá, que pagar por decirle “hasta nunca” a uno de los líderes políticos, que más odio y repulsa ha despertado entre sus conciudadanos, hasta el punto que algunos de ellos festejan su muerte brindando con champan. Sentimiento de rechazo compartido más allá de las fronteras de Gran Bretaña y que ha generado un clima de protesta generalizado, que tacha de escandaloso, imperdonable y vergonzoso el hecho, de que una de las principales culpables, como promotora e iniciadora de las políticas económicas neoliberales, que están parasitando y consumiendo el sistema democrático occidental, arruinando la vida de millones de personas a nivel global, se convierta en un vampiro. Espectro de un personaje abominable, que en vida formaba parte de una legión de ultraconservadores, y que sigue proyectando desde el más allá su alargada sombra sobre sus víctimas, conciudadanos, a los que continua chupando la sangre después de muerta. 

Por obra y gracia de su heredero, su más incondicional admirador y correligionario, David Cameron, gustoso y orgulloso responsable de mantener vivo el legado de un monstruo de la política, el thatcherismo que se alimenta de cobrar suculentas comisiones obtenidas a cambio de privatizar el sector público, comprado, para hacer negocio con él, por el sistema financiero. Bestia inmunda e inhumana, cuya principal fuente de ingresos es la progresiva disminución de la inversión en políticas sociales. Control del gasto público efectuado con la intención de empeorar las condiciones de vida de la clase media-baja, a la que después de someterla a una rigurosa, forzosa y económica dieta de adelgazamiento, a base de recortes, subida de impuestos y bajada de sueldos, se le pide que se apriete el cinturón hasta el punto que se le quede una figura tan estilizada, que reflejada en el espejo de la cruda realidad social, muestre la siniestra silueta de la pobreza extrema o del hambre. Tiburón gigante de guante y cuello blanco, que se mueve libremente, como pez en el agua, por las profundidades oceánicas de los mercados desregularizados, es decir, sin fronteras legales y sin límites estatales. Torpe y maquiavélico Mastodonte, que cuando deja de saquear y destrozar las arcas públicas en beneficio del sector privado, es porque este último le ha ofrecido un retiro dorado, o lo que lo mismo, un cargo directivo como recompensa por los favores recibidos y servicios prestados a través de licitaciones, concesiones y permisos otorgados, además de privatizaciones evidentes o encubiertas de externalizaciones. 

Pero no debemos olvidar por último, que uno de los ingredientes principales del thatcherismo, es la exaltación nacionalista patriotera. Sentimiento del que el pueblo británico se convirtió en espectador y participe merced a una de sus últimas manifestaciones públicas, las exequias para homenajear a Margaret Thatcher. Pompas fúnebres, que traicionan y deshonran su memoria, puesto que este tipo de ostentaciones de derroche, en época de crisis, pagadas con dinero público, atentan contra el espíritu de austeridad del thatcherismo, que propugnaba la reducción a la mínima expresión de la inversión pública para garantizar la cobertura de las necesidades vitales de la población más desprotegida. Por lo que la difunta, en coherencia con su tesis defendidas en vida, considerara seguramente esta inversión sin beneficio financiero alguno un despilfarro imperdonable e injustificable, prefiriendo, sin lugar a dudas, que se hubiera privatizado la organización de su funeral, para que de su comercialización, subastando exclusivas y vendiendo entradas y recuerdos, se hubiera aprovechado el sector empresarial, que tanto amparó durante los once años, que duro su mandato como primera ministra del Reino Unido. 

Pero para la fuerza política gobernante, el partido conservador resulta prioritario imprescindible e ineludible darse un obligatorio baño de populismo, perfumado de lealtad, agradecimiento y reconocimiento patrióticos para lavarse del cieno fétido del desprestigio caído sobre sus cabezas a consecuencia del diluvio de críticas, que los negros nubarrones de las políticas continuistas del thatcherismo han provocado. 

Ducha, que se pretendía fuera bajo la lluvia del oro fino y deslumbrante de la aceptación popular, y que como tal fue pagada, saqueando una vez más el bolsillo del contribuyente, y que terminó lógicamente bajó el fango del rechazo generalizado. Repulsa global hacia un gobierno, que ha demostrado estar doblemente deslegitimado para ejercer el poder, puesto que deserta del ideario político, que le permitió ganar las elecciones, dando la espalda al principal dogma de fe del sistema thatcherista: minimizar el gasto público y maximizar la privatización. Verdad indiscutible revelada por la diva Thatcher, relegada en segunda posición por sus discípulo más aventajado, David Cameron, debido a la soberbia y ambiciosa manifestación de populismo mediático y patriótico. Desmesurada e inmoral ostentación de nacionalismo británico, que costará al contribuyente británico 11,6 millones de euros. 

Desvió de fondos públicos para pagar la factura de un infame acto oficial, que cuenta con la desaprobación del 75% de la población por su excesivo importe. Escandalosa y escalofriante cifra, con la que se podrían haber evitado muchas muertes de pacientes, por sed y abandono, en la sanidad privatizada. Cantidad, que robada de las arcas públicas supone un fragante atentado, contra el bienestar de la ciudadanía, y que desautoriza a continuar ejerciendo el poder en nombre del pueblo, al ejecutivo que lo ha efectuado. Fraude presupuestario, que de no haberse aprobado, hubiera permitido sufragar hasta un total de 23 servicios públicos distintos, de los que se prescinde o se mantienen exigiendo sacrificios a colectivos sociales, a los que se exprime o ignora hasta la extenuación para garantizar una prosperidad, de la que se les niega el derecho a disfrutar. 

Por todo lo anteriormente expuesto animo al mosaico de realidades culturales con identidad nacional propia, que componen históricamente Gran Bretaña, a rebasar las líneas fronterizas naturales, que las separan y a dejar a buen recaudo, en el camino, las características y diferencias que las dividen e iniciar unidas la senda de la sublevación y liberación de unos grilletes oxidados, que encadenan a toda la ciudadanía británica a unas instituciones arcaicas y atávicas. Maquinaria real y estatal, que aunque anquilosada y oxidada, aún tiene la suficiente fuerza y peso como para continuar quebrantando y aplastando las ansias de libertad y el derecho a decidir sobre su futuro de todos los ciudadanos independientemente del nacionalismo, o concepto de estado que defiendan.

Pero toda sociedad, que se plantea o principia una revolución necesita una meta. O lo que es lo mismo un hito, que le marque la dirección por la que debe continuar su andadura. Y en este sentido los habitantes del Reino Unido lo tienen más fácil que el resto de los residentes en el continente europeo, bajo el dominio del imperialismo nacionalcapitalista merkeliano, puesto que los primeros sólo deben dirigir la mirada hacia la izquierda para encontrar el Norte, es decir el punto geográfico, que les debe señalar el sendero político a seguir, el camino de Islandia. 

Trayectoria irreversible y progresista, que deben empezar sin echar la vista atrás, tras abolir e incendiar un régimen monárquico, ultraconservador y tiránico que valora más la pompa, el boato y la fastuosidad, que a sus súbditos y que costea hurtando el pan la salud y la educación de su pueblo, el billete de vuelta al infierno, de donde nunca debió salir, de un ser diabólico. Dama de fuego, que con su puño de hierro ha sacudido fuertemente a la sociedad británica más desprotegida, dejando, como herencia, un panorama dantesco de ausencia de cobertura social ante el hambre, la enfermedad y el sufrimiento. Lacras extendidas y cronificadas, de las que, en nuestro país, la única salida es la inmigración hacia otro país o hacia la otra vida.



¿LA CONQUISTA DEL PROGRESO DEMOCRÁTICO PASA POR TOMAR EL CONGRESO? IV

IV. EL CAMINO DE ISLANDIA

       I. INTRODUCCIÓN

Movimiento, que supone una ruptura vital y dolorosa, y que cada día se ve obligado a llevar a cabo un sector de la población española cada vez más elevado, que encuentra un acogedor puerto de destino en es un país localizado en el extremo noroeste de Europa, cuyo territorio abarca principalmente la ínsula homónima, Islandia y algunas diminutas islas e islotes adyacentes, situados en el océano Atlántico, en las proximidades de Groenlandia. 

De esta forma Islandia se ha convertido en una tierra de promisión donde realmente brotan las jugosas oportunidades para el creciente número de cerebros, que se fugan de nuestro país, huyendo de la persecución de las cadenas de la precariedad. 

Inestabilidad social y laboral y ausencia de opciones internas para combatirla, que está provocando la pérdida prácticamente absoluta e irrecuperable de la primera generación de jóvenes españoles nacida en la década de los setenta a partir de la transición democrática. Segmento poblacional, cuya excelencia formativa, ha motivado que haya sido considerado por los expertos como la generación mejor preparada, es decir con la mayor cota de especialización académica de toda la historia de España. 

Potencial mano de obra altamente cualificada, que constituye una simiente con denominación de origen española, que tras un largo y duro proceso de aclimatación germinará, o lo que es lo mismo, echará raíces y generará posteriormente una abundante cosecha de trabajadores en tierras lejanas y extrañas de los cinco continentes en los que dicha semilla consiga adaptarse y arraigar. 

Costosa producción, fruto de la ingente y continuada inversión presupuestaria procedente del esfuerzo y el sacrificio económico del conjunto de toda la sociedad de nuestro país, a lo largo de los sucesivos ciclos educativos, desde el nivel más básico y obligatorio hasta la culminación del proceso formativo integral. Cima desde la que el régimen neoliberal arroja a la clase trabajadora a la sima, que conduce a la exposición del sujeto, como mano de obra flexible, competitiva y barata, en ese comercio de esclavos en que se ha transformado en España el mercado laboral, en el que los derechos individuales y colectivos son sistemáticamente vulnerados. 

Violación legalmente amparada, que nos ha llevado a una dramática, critica y crónica situación, en la que a todos aquellos, que no tengan la posibilidad por exclusión o estén dispuestos a someterse al infierno de la esclavitud laboral a cambio de techo y comida, o en el peor de los casos a cambio de unos ingresos tan miserables, que les impidan pagar por disfrutar de ambos derechos, por lo que se vean empujados a elegir entre ambos recursos, nos les reste más remedio, que embarcarse en la aventura de la emigración forzosa por razones económicas. 

Preocupante y alarmante tragedia nacional, que el gobierno pretende ocultar, sin lograrlo, con la actitud cínica e hipócrita que le caracteriza, camuflándola bajo un disfraz eufemístico, sacado de la manga, conocido como movilidad laboral externa. Juego de palabras o truco de magia barata, que únicamente consigue ensuciar aún más la enlodada reputación y enfangada credibilidad de nuestra denostada clase política, y con el que se pretende invisibilizar una realidad de la que se beneficiarán los países regados con la provechosa lluvia de la inmigración, que caída sobre campos de trabajo productivos hará brotar y crecer la perdurable prosperidad. 

Árbol, que en España se ha vuelto planta de hoja y fruto caduco, pero que en tierras islandesas se ha tornado perenne, ofreciendo cobijo a las oleadas migratorias, que se alejan de la abrasadora y desoladora devastación económica, que arrasa nuestro país por negarse a seguir el camino islandés. 

Recorrido, del que nuestro gobierno reniega, pero que al contrario eligen numerosos españoles como vía de escape de una estafa financiera, que les ha robado su confianza en el hoy y su ilusión por el mañana. Aspiraciones defraudadas y traicionadas en el presente, convertidas en decepciones y sueños de futuro frustrados y alterados, transformados en pesadillas, que muchos de nuestros jóvenes intentan recuperar en un país onírico, Islandia. 


II. EL CONTEXTO PRERREVOLUCIONARIO

Actual tierra de oportunidades, que hasta finales del siglo XX fue una de las naciones más pobres de Europa occidental, pero que a partir de ese momento experimentó un gran crecimiento económico, que le llevó a ocupar el primer lugar en el informe de la ONU sobre el Índice de Desarrollo Humano de 2007-2008, y la posición decimocuarta entre los estados con la mayor esperanza de vida a nivel internacional con un promedio de 80,67 años. Tierra de promisión, que está condenada a dejar de serlo a lo largo del nuevo capítulo, previsiblemente nefasto, que principió a partir del 26 de abril del 2013, fecha en la que, cinco años después de su colapso económico, que empujó al país al borde de la bancarrota, el electorado islandés ha vuelto a apostar, respaldándolo con el 26,7% de los votos, por el Partido de la Independencia (PI), culpable de dicho colapso financiero, que condujo a la crisis económica de 2008-2010. Se trata de la Gran recesión, que durante ese periodo de tiempo torpedeó y hundió la economía de Islandia, provocada por las políticas liberales del gobierno de centro derecha, que permitió al sistema bancario acumular activos diez veces superiores al PIB, y consintió, además, que antes de la quiebra de los tres bancos más importantes del país: GlitnirLandsbanki y Kaupthing, la deuda combinada de estas tres entidades excediera en más de seis veces el producto interior bruto nacional, que alcanzó la cifra 19 mil millones de US$ en 2008. PIB nominal per cápita, que en ese mismo año fue el séptimo más alto del mundo (55 462 US$), y el decimocuarto más elevado en términos de paridad de poder adquisitivo (36 769 US$). 

La paralización de la actividad del sistema financiero de la isla a finales del 2008 causó una fuerte contracción económica, ante la que el ejecutivo islandés no le quedó más remedio, que tomar la decisión de elevar la tasa de interés hasta alcanzar el 18%. Requisito obligatorio, impuesto por el Fondo Monetario Internacional para aprobar una inyección de efectivo en forma de préstamo, que resultó insuficiente, pero que fue coincidente temporalmente con la devaluación de la moneda nacional, que incrementó el cambio por unidad monetaria de una tasa de 70 a 250 coronas islandesas por euro. Rebaja de cotización, efectuada bajo el gobierno liberal, presidido por Geir Haarde, que además de restablecer el comercio de esta moneda, ocasionó el relanzamiento de las exportaciones, especialmente de pescado y aluminio. 

Conservadurismo, que gobernó Islandia desde su independencia de Dinamarca en 1944 hasta las elecciones legislativas anticipadas del 2009. Momento crucial, que determinará el devenir posterior de los acontecimientos, que marcarán el futuro más inmediato de la isla. No debemos olvidar que en dichos comicios generales adelantados el (PI) pierde la condición de fuerza política hegemónica, situación de privilegio de la que había disfrutado desde 2007, fruto de su pacto de gobernabilidad con la Alianza Socialdemócrata, y de la que había gozado durante los 65 años anteriores a su derrota electoral, debida al triunfo rotundo de la coalición de la izquierda. Victoria conseguida en unas votaciones, que se convirtieron en un auténtico plebiscito sobre su clase política y que se celebraron el 25 de abril de ese mismo año, seis meses después del estallido de la burbuja financiera a finales del 2008.


III. LA REVOLUCIÓN ISLANDESA

1. LA REVOLUCION DE LAS CACEROLAS

Año, este último, en que, a partir de la época otoñal, el país de los elfos inició una etapa primaveral, en la que se convirtió, tras sufrir el azote cruel y despiadado de la depresión financiera, desatada a causa de la quiebra de Lehman Brothers, en la nación pionera en alcanzar una serie de hitos de resonancia internacional y transcendentales para su futuro más inmediato. Avances, que constituyen el motivo, por el que se inscribirá con letras grandes y doradas en el libro, en el que se narre el relato del rescate de la más inmaculada Dama, es decir, de la más pura Democracia, el nombre del pequeño país que los ha logrado, contando con la cifra de apenas 350.000 habitantes. 

Conquistas debidas y disfrutadas por este diminuto y pacífico ejército civil, que consiguió que el país de los gnomos figure en los anales de la historia como el primer estado europeo, en el que el Gobierno fue derrocado tras 16 semanas de duras y contundentes protestas populares, que se fueron intensificando progresivamente hasta conseguir concentrar en enero del 2009 a miles de activistas frente al Parlamento islandés (Alþingi). Manifestaciones valoradas como las más relevantes desde 1949, obligando al uso de fuerzas antidisturbios por segunda vez desde el ingreso en la OTAN del país en ese año, y que fueron bautizadas en su conjunto como la «revolución de las cacerolas». Insurrección ciudadana, que empujó el 23 de enero del 2009 al Gobierno conservador, presidido por Geir Haarde, a anticipar las elecciones en un intento de frenar la creciente rebelión popular. Pero esta estratagema política no logró el efecto perseguido, sino que obtuvo el contrario, es decir, que en lugar de apagar la elevada agitación social, alimentó la llama de la subversión, inflamando los ánimos de la alterada e indignada ciudadanía, que respondió al anuncio de adelanto electoral con “tamboreos multitudinarios”, que provocaron tres días después la dimisión del Primer Ministro junto con todo su gabinete. Derrocamiento del poder ejecutivo, que se tradujo en la consecuente disolución de la coalición gubernativa, a la que justa, directa e inteligentemente la sublevada población culpaba de la grave coyuntura económica atravesada, en ese crítico momento, por la isla. País habitado por un pueblo de reducido tamaño, pero de una increíble estatura humana, que fue capaz de dar una lección de democracia directa a toda Europa y al resto del mundo, plantándole cara al sistema.

Victoria sin paliativos de la soberanía popular islandesa, que forzó al presidente Ólafur Ragnar Grímsson a aceptar la renuncia en bloque del primer ministro Geir Haarde y la de todo su equipo de gobierno, y a iniciar una fase de diálogo con los líderes de los cinco partidos, que gozan de representación en el parlamento unicameral nacional. Proceso negociador, tras el que el jefe del estado islandés solicita conjuntamente a la Alianza Socialdemócrata y al Movimiento de Izquierda-Verde la formación de un nuevo Gobierno provisional, que será el responsable de la convocatoria de elecciones para la primavera boreal de ese mismo año

2. GOBIERNO DE TRANSICIÓN

Pacto temporal de gobernabilidad entre ambas fuerzas, situadas a la izquierda del espectro político islandés, que propuso a Jóhanna Sigurðardóttir como la figura más idónea para ponerse al frente del nuevo ejecutivo de coalición, puesto que se trataba de la ministra en activo, que gozaba de mayor respeto y consideración. Merecida popularidad que llegaba hasta el punto, de que en un sondeo de opinión realizado por The Gallup Organization, en diciembre de 2008, arrojó como resultado, que el 73% de los encuestados daba el visto bueno a su gestión, como máxima responsable de la cartera de Asuntos Sociales y Seguridad Social, alcanzando un porcentaje de aprobación superior al de cualquier otro miembro del gabinete.

Una de las primeras y más sabias medidas de la nueva alianza política, que principió a ejercer sus tareas gubernativas el 1 de febrero, una semana después de ser derribado el ejecutivo precedente, fue destituir al gobernador del Banco Central, Davíð Oddsson, y a varios de sus homólogos, que presidian otros tantos bancos privados, que estaban atravesando una compleja y difícil situación interna de corrupción y quiebra en ese momento. 

3. VICTORIA ELECTORAL ROJIVERDE

Disposición tomada por un gobierno transitorio de izquierdas, cuya gestión contó con el apoyo de una mayoría absoluta del electorado islandés en los comicios generales adelantados celebrados el 25 de abril del 2009. Votaciones, de las que salió reforzada, la vencedora indiscutible de las mismas, la primera ministra en funciones, la socialdemócrata Jóhanna Sigurdardóttir, quien se vio obligada, desde la asunción del cargo de modo oficial, a proseguir enfrentada a lo largo del resto del 2009 a la pésima coyuntura atravesada por la economía de Islandia. País, en ruinas, que clausuró ese año con una caída del PIB del 7% y con una deuda con los clientes europeos todavía activa, y que convirtió su ingreso en la UE en su principal prioridad. 

4. NEGATIVA A PAGAR LA DEUDA

Organización supranacional, en cuyo seno se encuentran dos Estados, Países Bajos y Reino Unido, cuyos gobiernos presionan al ejecutivo islandés para que se produzca la devolución a sus ciudadanos de los fondos invertidos en el sistema bancario del país nórdico. Insistencia, que empuja al gobierno escandinavo a presentar para su debate en el Parlamento una ley, que garantizaría la devolución de la duda contraída por sus bancos en quiebra, de la que se beneficiaría la economía holandesa y británica en perjuicio de la islandesa, que se vería forzada a desembolsar 3.500 millones de euros, que pagarían los contribuyentes insulares mensualmente durante los 15 años siguientes a la aprobación de la propuesta legislativa al 5,5 % de interés. Proposición, que de haber prosperado en ese momento, hubiera supuesto hipotecar el futuro de las familias islandesas durante ese largo periodo de tiempo, o lo que es lo mismo, la nacionalización de una deuda del sector financiero generada por una pésima gestión privada. 

La acalorada discusión parlamentaria traspasa los muros del Althing y transciende al exterior donde halla su más vivo reflejo en la encolerizada reacción social, que desborda e invade de nuevo las calles de la capital, Reykjavik. Ira, en principio, indignada e incontenible, pero jamás violenta, de la que surge espontanea e inmediatamente una iniciativa popular innovadora, que carecía de precedentes en ningún otra nación del mundo. El pueblo soberano demanda someter el contenido del texto legislativo a referendo. Exigencia ciudadana, ante la que cede, en Enero de 2010, el Jefe del Estado, es decir, el Presidente de la República, Ólafur Ragnar Grímsson, quien, en esa transcendental fecha, además de negarse a ratificar la ley, anuncia la convocatoria de una futura consulta popular. Referéndum, que tiene lugar en marzo de ese mismo año, y en el que “no” arrasa con un 93% de los votos. Oposición mayoritaria, que pone en evidencia, que sólo apoya la medida legislativa el 1,6% de la población. Motivo, por el que finalmente sólo fueron rescatados los ahorradores nacionales, que resultaron damnificados por la bancarrota de la entidad crediticia Icesave. Valiente osadía nórdica, que obtuvo como respuesta la congelación de las ayudas económicas prometidas por el FMI a la espera de que se resuelva la polémica situación creada por la negativa del pueblo islandés a satisfacer la deuda externa de su sistema bancario. 

Actuales Vikingos insumisos, valerosos y decididos, que demostrando ser dignos descendientes de sus osados y aventureros antepasados de origen escandinavo, se declararon en rebeldía y se negaron a pagar los tributos previstos para sufragar las deudas de sus bancos, sentando un precedente modélico. Ejemplo, que podría ser perfectamente aplicable en el caso de las economías más débiles, sometidas bajo el dominio del imperio del euro, desde el instante en que el país de los elfos se libere de su despótico y tiránico autoritarismo, escapando de las garras de la dictatorial moneda.

5. IMPUTACIÓN

Gnomos que, transformados en gigantes, echaron y ganaron un pulso titánico a la elite financiera y a la clase política y, a la que sentaron en el banquillo por primera vez en Europa, por no haber previsto y evitado el estallido de la burbuja bancaria. Acusación formal del exprimer ministro, el conservador Geeir H. Haarde de negligencia grave durante su mandato, que se hizo efectiva, gracias a que el Parlamento islandés (Althingi) dio el visto bueno por mayoría (33 votos a favor y 30 en contra) a su incriminación pública oficial en una sesión celebrada el 28 de septiembre del 2010. Imputación, que fue aprobada siguiendo el consejo formulado previamente en el estudio presentado, en abril de ese mismo año, por la Comisión Especial de Investigación, creada para la depuración de responsabilidades jurídicas respecto al colapso financiero. Informe en el que se critica duramente la gestión del exjefe del ejecutivo islandés, Geeir H. Haarde, a quien se señala como principal culpable político, junto a tres de sus ministros, como cómplices necesarios, de la terrible crisis económica padecida por el pueblo islandés.

6. LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Tras los subversivos actos de protesta iniciadas en octubre del 2008, que forzaron a adelantar las elecciones generales islandesas, y que obligaron a renunciar, el 26 de enero de 2009, al viejo gobierno de derechas, en bloque, a su obstinado empeño de proseguir ostentando el poder en contra de la voluntad popular, los movimientos sociales, que consiguieron con su presión ambos logros, optaron, con la intención de garantizar su efectividad y continuidad en el tiempo por organizarse en asambleas. Foros de participación, que suponen la culminación de un proceso de implicación social y empoderamiento ciudadano, cuyo mayor éxito lo representa la creación de una Asamblea Constituyente. 

Génesis, cuyo origen radica en el espíritu innovador y progresista de la primera ministra socialdemócrata, Johánna Sigurdardóttir, quien se transformó en la primera mujer que, siendo además lesbiana declarada, lideró el ejecutivo islandés. Responsabilidad, que ostentó desde el 1 de febrero del 2009 hasta el 23 de mayo del 2013, convirtiéndose de este modo en la primera persona en todo en el mundo, reconocida como LGBT, en ocupar la jefatura de gobierno. Cargo desde el que inspiró y promovió un proceso de reforma politica, protagonizado por el propio pueblo islandés, que fructificó en el nacimiento de un nuevo poder. 

Potestad constituyente, que residirá en un órgano compuesto por un número limitado de personas comunes y corrientes, sin relevancia mediática, protagonismo en la vida pública ni filiación política, elegidas por sus conciudadanos, a través de un proceso electivo, al que todos los islandeses tenían la posibilidad de presentarse, del que fueron seleccionados en una primera fase 522 candidatos. Aspirantes, de los cuales fueron elegidos 25 delegados de diferentes edades, profesiones, educación y experiencia de vida para cumplir con la misión de elaborar una propuesta de modificación parcial o total de la Carta Magna islandesa, que data de 1944, año en el que la isla del noroeste europeo se independizó de Dinamarca.

Tras superar el elevado obstáculo de tipo legal, que supuso la oposición del Tribunal Supremo de Islandia, que invalidó el proceso por supuestos defectos de forma, denunciados por diversos ciudadanos, el organismo asambleario antes mencionado desembocó en 2010, a instancias de una resolución parlamentaria aprobada con el apoyo de la mayoría socialdemócrata, en la formación de un Consejo Constituyente. Convención, compuesta exclusivamente por los 25 electos anteriormente citados, que a lo largo de los cuatro meses posteriores a su aprobación se reunió tres veces por semana para discutir los artículos constitucionales objeto de revisión y en caso de ser necesario enmienda e ir volcando sus recomendaciones en un borrador.

Propuestas influenciadas en gran medida por las aspiraciones de la soberanía popular, puesto que durante todo el proceso constituyente la ciudadanía pudo opinar, y lo hizo, sobre el mismo empleando las técnicas de información y comunicación, conocidas por sus siglas, como TIC, más avanzadas, es decir a través de la página web habilitada para tal fin, y de las redes sociales. Claro ejemplo de democracia participativa de tipo digital, que se completó con la realización también de encuentros públicos y debates de elevado alcance mediático. Conjunto de iniciativas auténticamente democráticas, que obtuvieron el resultado esperado, o lo que es lo mismo, la implicación masiva externa, pero sin embargo directa de la sociedad islandesa en el procedimiento de reforma constitucional. Colaboración, gracias a la que se llegaron a recopilar hasta 3.600 comentarios y 370 sugerencias, que ayudaron a redactar los artículos que se fueron incorporando en el proyecto de modificación en profundidad de la Carta Magna

El texto constitucional elaborado por la ciudadanía hacia especialmente hincapié, entre otras mejoras, en la capital importancia de avanzar en la separación e independencia de los tres poderes, tanto legislativo, ejecutivo como judicial. Recomendación imperativa, a la que se sumaron otras propuestas enfocadas a lograr un nivel más elevado de democracia participativa, tales como el descenso a un 10% del electorado como la proporción mínima imprescindible del mismo para poder solicitar un referéndum y la rebaja a un 2% para poder presentar una iniciativa legislativa al Parlamento. 

El Consejo sugirió además en su proposición de reforma constitucional, atendiendo a las demandas sociales, mayoritariamente expresadas por el pueblo, la realización de modificaciones o adiciones, en la norma suprema del ordenamiento jurídico del Estado soberano islandés, destinadas a garantizar el derecho a vivir con dignidad; la protección a la infancia; la titularidad pública de los recursos naturales medioambientales del país, de tal forma que, bajo ningún concepto, puedan estar sujetos a la propiedad o explotación privadas; y por último la libertad de prensa, de tal modo que todo el mundo disfrute de la libertad de acceder, reunir y distribuir la información, que en el caso de la facilitada por el Gobierno deberá alcanzar el mayor nivel de transparencia posible. 

Finalmente, el órgano constituyente, aconsejó asimismo la introducción de cambios constitucionales que, suponiendo una revisión del sistema electoral, lo transformaría en un régimen electivo de los representantes políticos, o lo que es lo mismo, de los servidores públicos, infinitamente más democrático que el precedente, puesto que obligaría a que todos los votos poseyeran idéntico valor en toda la nación, independientemente del lugar donde hayan sido emitidos; a la implantación de listas abiertas; y, por último, a la limitación de la acumulación de mandatos presidenciales a tres legislaturas y en el caso del primer ministro, que tendría que ser elegido por el Parlamento, a dos, es decir, a ocho años.

En julio de 2011 el Consejo aprobó por unanimidad el documento resultante de la suma de todas las propuestas recibidas durante todo el proceso constituyente: un borrador de Constitución de 114 artículos divididos en 9 capítulos. Documento que, remitido al parlamento el 29 de ese mismo mes, estuvo en el cajón del Gobierno durante más de un año hasta que, sometido a referéndum en octubre de 2012, fue aceptado por un 66% de la población votante.

Tras la aprobación se produjo una situación de estancamiento, a la que se llegó debido a la división de opiniones en el seno del órgano en que reside el Poder Legislativo islandés, el Alþingi, respecto a algunos artículos del texto que habían provocado desde el primer momento el rechazo frontal de la oposición parlamentaria, contraria a la reforma, liderada principalmente por la fuerza política, que gobernó hasta el estallido de la crisis, el conservador Partido de la Independencia. Discrepancias ideológicas, que convirtieron en infructuosos todos los esfuerzos de la mayoría gobernante destinados, hasta el último instante, a conseguir el visto bueno imprescindible para poder elevar al rango de ley suprema del ordenamiento jurídico insular el borrador de la nueva Constitución ciudadana.

Entre octubre y finales de ese mismo año el Gobierno del país nórdico, una coalición de centro-izquierda, formada por la Alianza Socialdemócrata y el partido Izquierda-Verde, dio un último impulso a la proposición de reforma constitucional, obedeciendo a la premisa postulada por la primera ministra Johánna Sigurdardóttir. Estadista, promotora y defensora del proceso constituyente, que se manifestó a favor de proclamar la nueva constitución antes de las nuevas elecciones generales, convocadas para el27 de abril de 2013.

Interés comprensible y legítimo, que motivó al Ejecutivo islandés a solicitar la opinión del Parlamento Europeo y de la Comisión Europea para la Democracia por el Derecho, conocida como Comisión de Venecia. Órgano consultivo del Consejo de Europa en el ámbito del derecho constitucional, cuyos miembros, expertos independientes, realizaron una visita oficial a la capital estatal, Reikiavik, en la que se reunieron y entrevistaron a las distintas partes. Examinó la documentación en inglés y publicó un borrador de su análisis técnico-legal de la Constitución islandesa, que apunta defectos de forma y choques de algunos artículos con otras leyes.

El periodo parlamentario legislativo ya ha finalizado aunque se siguen convocando comisiones y debates y los diputados de los partidos del Gobierno han estado trabajando durante jornadas maratonianas para adaptar el borrador a las recomendaciones recibidas. La diputada de la Alianza Socialdemócrata más implicada en la nueva Carta Magna, Valgerdur Bjarnadóttir, aseguró que “si el Parlamento tiene voluntad, está a tiempo”, ya que, a su juicio, solo había que hacer “pequeños cambios en esencia”.

Pero lamentablemente el texto constitucional, que hubiera representado la quinta reforma experimentada por la Carta Magna islandesa, heredada del reino, que le concediera la independencia en 1944, es decir de Dinamarca, desde que se produjera la primera modificación en 1984, habiéndose efectuado la cuarta dos años antes, en 1999, seguía encontrándose, a principios de abril del presente año, en la cuerda floja, una vez finalizado el periodo legislativo anterior al actual. 

Aspiración social, que se transformó en una asignatura pendiente de aprobación para la coalición de centroderecha, vencedora en los comicios generales celebrados el 27 de abril del 2013, que decidió al respecto condenarla a un exilio parlamentario, que impediría su tramitación, y que persiguen sea permanente y decisivo a la hora de lograr su objetivo final, el olvido colectivo de una sociedad, la islandesa, dispuesta a impedir por todos los medios pacíficos y democráticos a su alcance a impedir, que se borre de su memoria y desaparezca sin dejar rastro uno de los capítulos más brillante de la reciente historia de los orgullosos descendientes contemporáneos de un pueblo escandinavo